Hoy volvió a mí como un relámpago, como
la tormenta de verano, es un granizo que cayó en tierras áridas que arrasa con
toda esperanza.
Hace tiempo la esperanza vagabundeaba en
estas tierras buscando el manantial rejuveneciendo, un puente donde dejarse
caer, y no desvanecerse con lo poco que pudiera quedarle de vida. Murió.
Hoy volvió su espíritu lánguido. Dónde
estuvo, a dónde fue, hacia dónde intenta deslizarse sutilmente entre los dedos
hoy.
Ha pasado por aquí, ha firmado sentencia
y se ha ido. Final de su bulevar de sueños rotos, trenzados a medio pelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario