miércoles, 19 de noviembre de 2014

Año 2011. 27 de mayo

        Subiste al altar en el que yo te alcé, subías por una escalera de cristal que forjaste con sueños, titubeaban inconscientemente, inocentes, confiadas en algo que no conocía ignorando el verdadero suelo en que se apoyaban. Pero no te percataste de su frágil delicadeza. Más ausente a cada escalón, tu corazón solo se sustentó de esos sueños, de esos días que nos deseamos, o nos sonreímos pero no quisiste ver lo que significaba subir hasta el final.

        Llegaste y nos tambaleamos pero tropezaste con mi torpeza, perdiste el equilibrio tan fácilmente, y caíste, ahora temes a las alturas. Yo seguía esperando a que a menos te levantaras. En vez de eso te diste la vuelta sin mirar a esa escalera como si del golpe hubieras perdido la memoria y nada recordaras, ninguno de los escalones subidos, ninguno de los minutos vividos, ni apenas segundos pasaban por tu cabeza.

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