miércoles, 19 de noviembre de 2014

Año 2011. 23 de mayo

        Anoche estuve contigo, te abracé y me besaste. Me asusté, creí que era una broma pesada de mis imaginativas pasiones. Me volviste a acercar y me agarraste fuertemente.
       Con desconfianza, te mire a los ojos para ver tu resignación. Tragaste orgullo y yo vergüenza y nos besamos.
        De pronto te soltaste de mi cintura a la que dulce y firme te aferraste segundos (o quizás minutos, no estoy segura) antes.
        Huí. Temí la cruda realidad. Rompí el halo de esperanza que me rodeaba con una sola mirada de desperdicio tuya.
        Huí de ti, de esa mirada y de cualquier abrazo, esos que antes eran una vida, ahora son cuchilladas.
        Cada roce dolía. Huí y corrí. Me escondí inútilmente de ese sueño. A la vuelta de todas las esquinas estás tú, cada paso que doy es un avance hacía el muro contra el que me doy. Dijiste hasta nunca, y eso es mucho tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario