viernes, 31 de octubre de 2014

Año 2007. 27 de noviembre

Hoy he visto la luna muy triste. Sus ojos me mostraron su pena y desolación. Y me decían que yo le había decepcionado. Mi cobardía, mis miedos, como siempre, me habían vencido.

Rehuí de la felicidad junto a la tuya. Las aparté de mí, de mis manos, de mis ojos, de mi corazón y mi mente: de mi lado; quizás para siempre, quizás de otra oportunidad, quizás yo pensando en el mañana y no en el ahora, quizás tú pensando en qué pienso yo, quizás mientras tú estés ahí, iluso, que sigues esperando a que yo arregle mi mundo.

Soy luna, no cambio la cara, solo el color, a veces tan negra que ni la luz del sol me llega, o tal vez ésta sea la única que me encuentre. Pero sigo siendo yo. Y la luna sigue siendo ella, enamorando a aquellas personas que no encuentran valor para buscarse a un amor de su mundo; que busca, por supuesto, sin éxito, un amor loco, apasionado, de los que solo se dice: “lo que más me gusta no es el pelo ni la sonrisa ni su manera de amarme, solo le quiero por ser solo él, y es suficiente, ni por su riqueza o la hermosura o lo que fuera que conquistó a aquellas con las que practicó antes de llegar a la mayor motivación, razón e ilusión para vivir de una mujer enamorada, antes, de la luna”.

A veces pienso que ella está más viva que yo. A veces, solo a veces, llego a pensar que jamás podré quererte. A veces, me lía y confunde. A veces, me ayuda a olvidarlo todo y estar contigo. A veces, se lo agradezco y, a veces, no. A veces, la odio. A veces tan sólo es la luna; pero, a veces, es Luna.

Hoy la luna estaba triste. Me entristece saber que doy la vuelta pensando que estás a mi espalda. Me hago fuerte y sigo mi paso. No podía mirar hacia atrás. Creí que al verte allí querría recordar por qué estoy tan loca, quizás por ti, o quizás solo soy yo. De repente, y no muy lejos del comienzo de mi camino, oigo el fin de todo. Nunca una puerta cerrada me dolió tanto.

Hoy la luna estaba triste. Decía que soy una idiota y no sé valorar el amor que me tienes. Es verdad. Quizás no sé quererte. Quizás no quiera saberlo. Quizás tengo miedo. Quizás a ti, quizás al dolor que quizás me hagas sufrir. Hoy la luna estaba triste, triste por mí y yo por ella, por la razón de su tristeza. Tú estás triste por mí y yo por ti, sin poder evitar tanta desgracia.


Hoy la luna me ha hablado. En tan pocos segundos me ha contado lo que yo ni en años. Solo ella sabe lo que de verdad siento por ti. Hoy la luna me ha hablado y me ha desnudado el corazón sin yo darle permiso. Las miradas solo miran si no las sabes escuchar. Hoy de nuevo supe hacerlo. Hoy de nuevo te recordé. Hoy de nuevo te eché de menos. Hoy de nuevo la luna triste me habló.

Año 2007. Finales de año.

Yo, amante del amor, lo critico
dudando de él, de si me haría feliz,
si merece mi tiempo, mis lágrimas y pensamientos más profundos.
Pero a la vez que puede elevarme al cielo,
me deja caer cuando ya no puedo subir más y ya no me quiere.
Esas caídas son las que más duelen en el corazón
también.
Aunque solo el amor hace que siga viviendo.

Año 2007. Octubre

No sé si de verdad
pero es que ya no quiero,
es que ya no aguanto,
es que ya no puedo.
Tu silencio es mi duda
y mi duda mi agonía.
La agonía de hacer eterna,
eterna noche y día.
Tú no estas aquí,
y mi vida ya no es vida,
solo estoy si tú llegas,

y sin ti ya no estoy viva.

_______________________________

Vivo contigo a la vez que muero.
Muero por ti, y, sin embargo, sigo viviendo.
Porque sé que, dure lo que dure,
te veo, te recuerdo,
y, a veces, tu también a mi.
Es tan doloroso.
Prefiero verte un segundo de tanto en tanto
a no verte nunca más y olvidarte.
Pues en los más duros pensamientos he estado contigo.
Sólo saber que estuve en tu mente y contigo
hace que estés aquí,
conmigo para siempre.

Año 2007. 27 de septiembre

Años te he llevado arrastrando, pero alguien pudo sacarte de mí. Esto lo escribí quizás un año antes de darme cuenta de que así fue.


I

Simplemente te olvidé,
te borraré porque me costará toda tu vida que me entiendas.
Yo ya lo hice.
Pero tú no estás cuando yo quiero
y yo no estaré para cuando tú vuelvas.


II

Nunca te he tenido
y nunca te tendré
pero sabemos igualmente
que jamás te olvidaré.
No te recordaré
como querrás que lo haga
solo piensa que lo hice
para que no me olvides.
Si algún día lees esto
no será por mi.
No quiero que sepas
lo que llegué a sentir por ti.


III

Si ves que la luna sigue sin llenarse, que el sol ya no calienta como antes, y la playa ves mas seca cada día, no culpes a nadie, fui yo, para que por fin me vieras no solo como una sombra más, sino como aquella que sí puede hacerlo todo por ti, todo lo haría por ti. Solo por ti. Lo peor de todo no es el efecto, no es “qué podría pasar si…”, sino que, después de todo, sigo sin ser nada en ti, ni siquiera soy la que te estorba en tu camino, que al menos sería algo. No verás más allá de lo que tienes o has tenido, no te fijas en lo que tendrás o podrías tener. Pero no te das cuenta de que tú me tienes. Soy tuya. Que solo me hechas una de tus sonrisas y ya estoy a tu lado.

Año 2007. Mayo

Muchos deberían leer esto, que aunque lo escribiera una niña de 15 años, sabía lo que quería decir, y se lo dijo a sí misma. Hoy, la misma chica a los 20 años, lo enseña, lo recuerda y se lo recuerda.

“¿Qué es para ti la vida?”
Me preguntaron una vez.
“¿Qué es la vida?
La vida fue ayer.
La vida no se compra,
la vida se construye;
no se roba pero
sí se destruye”.
Respondí muy segura.
La vida es lo que hiciste
y no lo que procuras.
Tienes que vivirla;
saber que es la vida.
Si no vives la vida
no la sabes definir.
No puedes nombrar algo
que no puedes dominar,
que eso es, al fin y al cabo,
poner nombre, saber, controlar.

Año 2007

¿Por qué, ángel de amor,
me separas de la vida?
Tú eres quien me la da
y quien igualmente me la quita.
Sabes que me recaigo
si vivo ilusionada,
sabes que me derrumbo
si vivo ilusionada.
Así es que me pregunto:
¿Qué es mejor:
si la amargura del amor
o la tristeza solitaria?
¿Qué es mejor:
amar sin corresponder
o por el lado simple

no tener a quien querer?

Año 2006. 9 - 15 de octubre. III

Poco a poco se iba transformando la poesía que salía de mi lápiz en amarga hiel, rojo odio nacido del mismo infierno.

Te agradeceré ese comportamiento tuyo final siempre. Fue la primera vez que me enorgullecí de echar a alguien de mi vida. Te agradeceré que me hicieras escribir. Fue la primera vez que escribía algo que no era poesía. 
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        No te mereces ni siquiera que te mire, que tus ojos solo me dirigen miradas duras y frías, extrañas, desconocidas. No me conoces pero tus ojos hablan demasiado. Espero que sepas que tus miradas me duelen porque me dicen lo que tu no te atreves ni ha plantearte.

        No me mires porque hablas sin conocerme y eso no es justo porque no te diste cuenta de darme una oportunidad de explicarte nada y me deja como una camiseta que ya no está a la moda y que se perdió hace siglos. No soy una camiseta. No me puedes usar como tu entretenimiento y luego, al aburrirte, haces que ni me has visto.

        Pero ahora sí, te digo que cuando yo sea la que no quiera no haberte conocido, serás tu quien me dedique estas palabras. Te haré el mismo vacío. Y no aguantarás las ganas de arrepentirte de haberte cruzado en mi vida.

        Hay heridas que se curan más lentamente, pero se curan y luego nos hacemos inmunes. Si dejas cicatrices. la tecnología está muy avanzada; solo tienes que desaparecer.

Año 2006. 9 - 15 de octubre. II

Mi desesperanza llegaba a estos límites en los que te imploré que me dieras, al menos, una explicación. La paciencia me iba abandonando y yo me consumía en mi ignorancia. Tú mientras, a mi lado mirando como caía, sonriendo desde lejos o ignorando cualquier intención de volver.


¿Sabes lo que quiero?
Porque sabiéndolo me entenderás,
pero si no quieres entenderlo, sabré
que lo que sé no me sirve de nada.
¿Sabes lo que quiero saber?
Observar que ya haces
conocer lo que harás,
Notar lo que no harás,
[Que es lo que haces, que no haces,
que rehaces, que es lo que vuelves a hacer]
Aprender adonde vas
y seguirte al fin del mundo
pero no hará falta un “no” rotundo
para saber qué pensarás.
Tu mirada tan extraña,
tus palabras tan vacías,
tus momentos: invisibles…
todo fabrica un dilema.
Tus ojos son agujas
y yo un simple globo
y basta un solo guiño
para saber que me tienes en tus ojos.
No puedo no quererte ni
quererte a mi lado,
y no contemplarte
ni cuando estas embobado.
Y ya puedo atrapar la luna
con la mitad del universo
(más fácil que tu dulzura)
que me darías esquinazo
al saber que escribo estos versos.
Nada existe si tú estás,
y sin ti nadie más importa.
Si tengo la mente rota
es por pensar en ti cada vez más.

Cómo puede pasar que sin ti no pienso
y cuando lo hago es porque tú estás cerca de mí
y no puedo dejar de mirarte,
ya que como siempre, eres el centro de la trayectoria de mi mirada;
das diana en mi corazón
y conoces todo lo que pienso sin ni siquiera hablar de lo que sea;
eres el centro de mi mundo.
Tan bonito y tan trágico,
tan claro…
… y esas nubes que tapan mi sol
y de noche la maravillosa luna alumbra la tierra,
siendo tú de nuevo.

El protagonista de mi nuevo mundo otra vez eres tú.
En mi día, en mis noches o la luz de mi interior.
Te comparo con la gran luna llena en un noche de verano;
he visto pocas maravillas en el mundo,
pero esta escena que a veces representas en mi  sueños
es lo más bellos que muchos ni soñarían.
Imagínate alguna vez una playa, mar en calma, cielo despejado,
todo oscuro excepto lo que tu alumbras: mi alma.
Tantas estrellas como infinitas y luminosas
que recuerdan a una feria de Sevilla.

Año 2006. 9 - 15 de octubre. I

Mi desesperanza llegaba a estos límites en los que te imploré que me dieras, al menos, una explicación. La paciencia me iba abandonando y yo me consumía en mi ignorancia. Tú mientras, a mi lado mirando como caía, sonriendo desde lejos o ignorando cualquier intención de volver.

¿Por qué sigo aquí?
Me estaba preguntando.
¿Cuánto aguantaré
si me sigues devorando?
Se me acaba la vida,
la vida se va acabando.
Me ahogas y me impides
poder seguir respirando.
No sé qué te hizo cambiar
apenas te reconozco
y no sé si acabará.
Es que no sé que decirte,
no sé ni cómo hablar,
no sé cómo mirarte
para que no pienses mal.
Anoche tuve un sueño
que espero no realizar,
el sueño era que tú
me llegabas a besar.
Sé que nunca lo leerás,
y por eso soy tan sincera,
pero así es como te explico
(y con esto me repito)
que será la única vez


que tú me des un pico.

Año 2006. Mi historia típica I

Ese año sin duda fue el año de la expansión en los poemas largos, cerca de 250 versos y burradas de ese calibre. Quien esté realmente aburrido lo leerá todo. Ese año era un año malo para mí. Suele costarme hacer amigos y suelo pillarme de muchos chicos fácilmente, este poema va de esos años en los que cambié de colegio y de enamorado más que de camiseta.


PRIMERA PARTE

Me conozco una historia
que pasó hace ya tiempo:
un chico y una chica
se conocieron en un colegio.
Los dos eran los nuevos,
tímidos y muy alocados,
y fueron haciendo amistades
cada uno por su lado.
Ella tenía amigas
que muy amables serían,
y los amigos de él eran
los que ya conocía.
Se fueron haciendo amigos
con anécdotas inolvidables,
él se hizo amigo de ellas,
pero no sus amistades.

A esta chica le gustaba
el confidente de su amigo,
guapo, simpático y listo;
rubio, ojos cristalinos.
Era ya veterano,
ya llevaba un año ó dos,
amigo de sus amigos
con un gran corazón.
Todas las chicas pensaban
que era una gran persona,
como amigo o algo más,
era lo que mas deseaba.
Este rubio se enteró
de un secreto muy guardado,
que la chica enamorada
era la que estaba a su lado.
Cuando pasó esto
él se distancio mucho
a esta chica angustiada
se le acabó todo el curso.

Era un túnel muy oscuro
todo le iba mal
se quedaba ya sin nada
No podía aguantar más
Las notas le empeoraban,
y su amor desvanecido,
la amistad se separaba,
fue la chica sin cariño.
Pedía ayuda a su hermana,
pero ella estaba peor,
su problema fue muy gordo,
fue uno del corazón.
Su hermana le decía
que no fuese tan pesimista,
que se fijara en los demás
o no sería tan lista.

Lo intentaba y reintentaba,
pero no lo conseguía
nada tenía bueno,
se creyó que caería.
Sus mejores amigas
ya no le entendían.
no sabía explicar
porque se confundía.
Se estaba dando cuenta
de que el túnel se acaba
y que iba a desaparecer
de la noche a la mañana.

Pero hubo una esperanza
cuando el túnel terminó,
que llegó la luz del alba
y el fin de su dolor.
Esta luz tan salvadora
fue aquel chico que conoció
aquel mes de septiembre
con el que tanto compartió.
En el verano se escribían,
al móvil se llamaban.
Pero nada era lo mismo
si juntos no estaban.
Al principio fue muy duro
el no estar tan cercanos,
pero vio que era mejor

disfrutar en el verano.

Año 2006. Mi historia típica II

SEGUNDA PARTE


 Pasaron unos meses
y por fin pronto volvieron
al colegio donde antes
fueron y se conocieron.
A ella le agradó mucho
ver de nuevo es vida
en donde están sus amigos
sus líos y movidas.
Sé que no tiene sentido
querer volver a un sitio
donde antes y mucho tiempo
dolor había sentido.
Pero este colegio
se hizo parte de ella,
dice que sin él no puede
y con él se desespera.
Es un con él y sin él
que no sabe explicar,
algo que sin él no vives
y a él no lo soportarás.

Ya han pasado seis meses.
Aún recuerda el ayer,
ahora echa de menos
lo que tuvo aquella vez,
en la que todo le iba mejor,
aunque iba a recaer.
Este curso es mucho peor,
las notas le van fatal,
ya no tiene amigas
y del chico de separará.
Desde el principio se dio cuenta
de que nada sería igual;
nuevos alumnos y las horas,
un nuevo curso más.

Cuenta con la nueva
que es su mejor aliada,
entre ellas no hay secretos
ni mentiras que valgan.
Dice que en cada curso
le gusta un nuevo chico,
y este años le tocó
a un niño muy simpático.
 No pensaba enamorarse
“Este año no es igual”.
Aunque lo intentó y renegó,
pasó lo que tuvo que pasar.

Había un chico guapo,
un buen chico parecía,
se hicieron muy amigos
y al final correspondida.
La nueva amiga de ella
sabía lo que sentían,
y un viernes inesperado
él le pidió una cita.
Ella se quedó inmóvil,
a la vez que emocionada,
miró a su amiga sonriente
y se puso colorada.
La respuesta fue clara:
un <<sí>> rotundo dijo.
Y llegó el fin de semana
lleno de cursis mensajitos.

Pasó una semana
y no pudo resistir,
se estaba dando cuenta
de que no la hacía feliz.
ella estaba confundida.
No sabía lo que había sentido,
por eso lo dejaron,
porque sin amor no hay motivos.
Pero ella lo extrañaba,
no tenerlo para ella;
y entonces pidió perdón
y le pidió que volvieran.
Pero este amor no duraría
más de una semana
pos culpa de aquel chico
que quería a otra persona.
Pasaron días y semanas
y todo lo olvidó,
se habían enfadado,

pero así era mejor.

Año 2006. Mi historia típica III

                       TERCERA PARTE

El primer amigo que tuvo
otra vez apareció,
siguieron siendo amigos,
pero algo los separó.
Un día tan tranquila
le dijeron lo peor:
que se iría del colegio
si no iba a mejor.
Sus padres la llevarían
pos las notas que sacó
y volvería al instituto
donde su otra vida dejó.

En sus manos estaba
la importante decisión:
si irse o salir
de donde tanto se amargó.
Presentándolo así
cualquiera diría
dejar el internado
para estar con sus amigas,
pero como ya dije,
esto es parte del corazón
y no lo puede dejar.

Sentiría mucho dolor,
porque a partir de este momento,
sentiría algo por él,
aquel primer amigo
que tanto supo de él,
por ahora se calló
se lo guardó para sí misma
y al saberlo de verdad
se lo contó a una amiga
y le dijo: “No le gustas”,
contestó muy convencida,
ella no lo quiso admitir
pero creyó que era verdad
y muy desilusionada
de él se pudo olvidar.

Pasaron dos meses
después de todo aquello
y le escribió una carta
donde ponía “te quiero”.
No eran esas palabras
pero no era una mentira
que a él le gustaba ella
desde el día en que se iría.
Al ver la risa de ella
lo negó muy seriamente
de la vergüenza que le dio
que estuviese tan atentamente.
Pero ella estaba por él,
era amor correspondido,
pero ya era tarde
porque él ya había mentido.

Le había dicho a su amiga
que mintió sobre su amor;
se lo dijo por mensaje
porque no tenía valor.
Al saber la noticia
había rabia simplemente
ni llantos ni tristezas
por mentir así a la gente.
Ella es rencorosa
y el enfado aún le dura,
pero el chico solo atiende
a que el enfado no perdura.
Ya ha pasado el tiempo
y se siguen sin hablar;
solo cruzan las palabras
para poderse insultar.
Ni se hablan por correo
ni toques al móvil,
de aquella bonita amistad
no se volvería a oír.
Es una amarga pena
el no quererse hablar,
harían buena pareja,
las cosas no fueron tan mal.
Pero ella me decía
que no podía estar sin él,
tiene una extraña obsesión
por una chica del revés.
Es un poco alocada,
y rebelde también es.
Le ofreció conocerla
que es muy buena con él.
Yo ya sabía quien era
aunque no la conocía muy bien,
le aconsejé que la olvidara
aunque fue un poco cruel;
por un fallo que él tuvo
le castigó con rapidez,
y le olvidó muy decisiva
con bastante madurez.
Sabía que no olvidaría
la amistad del chico aquel,
que llegó a más que eso:
al chico llegó a querer.

Hace varios días
aún se ponía celosa
pero se había dado cuenta
de que cambiaron las cosas.
El chico este nombrado
ya no la quería ver,
después de haberle implorado
que lo volviese a querer.
Casi es lo que quería
aunque estaba mejor sin él,
tenía demasiados problemas
como para pararse en él.
Cada uno estaba por su lado,
cada uno en su lugar
él con sus amigos
y ella sin su amistad.
Me dijo que el otro día
que todo le iba mal,
que el chico enamorado
le había dejado de hablar.
El amor de sus sueños,
que éste no es, además,
es estúpido y odiable
se cree algo más,
se cree lo que no es.
Él vive en su pueblo.
Me dijo que es su amor,
que fue hace cuatro años
cuando le enamoró.
Pera esta es otra historia
que no quiere contar
porque era el amor de su vida
y se le iba a escapar.
Y no sabe qué hacer,
nada le sale bien;
echa de menos su pueblo,
está deseando volver.
Esta chica la conozco tanto
y me sé tan bien su vida
con tan buenos detalles
porque es la mía propia.
Esa novata en el colegio,
la que así se enamoró,
la chica con esa suerte,
esa chica soy yo.