Mi desesperanza llegaba a estos límites en
los que te imploré que me dieras, al menos, una explicación. La paciencia me
iba abandonando y yo me consumía en mi ignorancia. Tú mientras, a mi
lado mirando como caía, sonriendo desde lejos o ignorando cualquier
intención de volver.
¿Por qué sigo aquí?
Me estaba preguntando.
¿Cuánto aguantaré
si me sigues devorando?
Se me acaba la vida,
la vida se va acabando.
Me ahogas y me impides
poder seguir respirando.
No sé qué te hizo cambiar
apenas te reconozco
y no sé si acabará.
Es que no sé que decirte,
no sé ni cómo hablar,
no sé cómo mirarte
para que no pienses mal.
Anoche tuve un sueño
que espero no realizar,
el sueño era que tú
me llegabas a besar.
Sé que nunca lo leerás,
y por eso soy tan sincera,
pero así es como te explico
(y con esto me repito)
que será la única vez
que tú me des un pico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario