Hubo un chico, hubo una luz, hubo una pequeña esperanza para ser felices, pero todo desapareció por una mueca malinterpretada y se fue para no volver, al menos del mismo modo.
Me volviste loca en el tiempo en que te envolvió la
cordura, y a mi me dejaste ida, perdida, sin saber realmente que pasaba
por mi cabeza y mucho menos por la tuya, sería un lujo.
Pensaba escribir la poesía
que me aclarase las ideas,
pues escribiría que te odio
y se acabarían las tonterías.
Y no puedo escribir eso,
aunque te odio, es verdad.
Me quitaste algo muy íntimo
que nunca entenderás.
Me dieron un don,
cual poder hacer poesía,
pero no sé que tú tienes
que me lo agotas cada día.
Cada vez que lo intento,
tú me matas y me lías,
me salen cuatro versos
que no llegan a poesía.
No consigo olvidarte,
pues sin ti no viviría,
pero es que me haces daño,
y también me quitas vida.
Alguna vez podré decirte
que ya me olvidé de ti,
que ya no te quiero nada,
que ya dejé de sufrir.
Como me gustaría decirte.
que ya olvidé mi amores,
el de siempre que no conseguía
hasta el mayor de los dolores.
Que me sintiese tan libre
que no lo pudiese expresar.
El sentimiento tan feliz,
el de no tener por qué amar.
Ya han pasado unas semanas,
y he pensado en todo aquello,
y llegué a la conclusión
de que no me gusta esto.
Porque enamorarme significa
que mi corazón ya sufrirá,
porque tío que me gusta,
tío al que tengo que olvidar.
Porque soy una pobre ilusa
y me creo la falsedad:
que me quieres y me adoras,
que no me puedes olvidar.
Y resulta que eso mismo
es mi pura realidad.
No tienes ni idea de
lo que me has hecho sentir,
no sabes nada de lo que
me has hecho sufrir.
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