martes, 18 de noviembre de 2014

Año 2009. 18 de octubre

Esta podría decirse ser la primera parte de un texto. 
Me acostumbré rápida y fácilmente a tenerte a mi lado, los días eran realmente largos cuando no estabas, y aún más duras las noches.

_________________________________

El sol despierta y me deja dolida,
llega a la cama a darme escarmiento.
Nos separa un frío viento
que encuentra en nosotros la despedida.
Vuelvo a arroparme y quedarme dormida.
Cálido, a mi lado, emerge tu aliento;
recuerda la noche en mi pensamiento
al chocar contra mí dándome vida.
Tus labios besan los míos con ternura.
rozando mi muslo tu mano ardiente,
olvidando el tiempo que no perdura.
Sin embargo, desesperadamente,
intenta abrirse paso la cordura
que lucha contra este amor, vanamente.

Año. 2009. 5-19 de octubre

Y comienza
la vida, mana;
no espera
avanza.
Impaciente
la atrapa.
Inocente
se escapa.
En el juego
se acaba,
pero el tiempo
no para.
Los amores,
las ganas,
ilusiones…
son vanas.
Es la vida
que salva,
divertida
y larga.

Bastaba
un instante,
bajaba
todo auge.
Llamada.
Se enciende;
se apaga.
Y no entiende
palabras,
se convierten
en nada.
De repente,
se aclara
y en su mente
l

la mata.
Y en su mente
soñaba.
De repente,
lloraba.
Los amigos
no encajan,
no hay olvidos
que valgan.
Previsible,
se calla.
Fue imposible
pararla.

Amanece
cansada
y entristece
el alba.
Todo cayó,
pesaba.
Y ella siguió
vedada.
Él la quería,
allí estaba,
mas no servía
de nada.
La locura
la arrastra;
la cordura
la salva.

Y ya comienza
la vida, mana.
Nada termina
como empezaba.

Año 2009. 5 de octubre

        Eres al único que no me da miedo llamar cuando quiero ser sincera de verdad. Te llamo porque me río contigo, me desahogo contigo aunque luego te odie por decirme algunas cosas pero nunca puedo enfadarme contigo porque no me gusta. Te llamé porque estaba a punto de llorar por segunda vez hoy. Estoy tan confundida y asustada... No sé qué hacer ni que futuro tiene el camino que llevo. Yo manejo mi vida, pero me da la impresión de que cada paso que doy es más erróneo que el anterior, voy con miedo. Por eso no sé lo que me pasa, porque estoy haciendo lo que quiero pero creo que todo o que hago esta mal.

        Es una contradicción. Se supone que lo que se quiere está bien, es lo adecuado. Por lo tanto, se hace o que se quiere. Pero, ¿qué ocurre cuando lo que se hace está mal? Entonces. ¿lo que se quiere es lo incorrecto? ¿Se sabe alguna vez cuándo se está haciendo bien? ¿Y si en esos momentos odias o que haces? ¿Odias quien eres? ¿Odias tu vida? Por muy correcto que sea, lo odias. ¿Alguien está seguro de lo que hace? ¿O todas las actuaciones están hechas en base a meras suposiciones?

        A menudo, muchos se equivocan al pensar que lo que hacen está bien y además es lo que quieren. Pero cuando pasa el tiempo y se dan cuenta del error tan profundo que le ha trasbordado al presente, error que cometieron al hacer lo que querían, ¿que pensaremos? Por una parte te sientes avergonzado, por ser tan estúpido de haberte equivocado. Aunque se sepa el dicho “las personas no somos perfectas y nos equivocamos” no te perdonas esos fallos porque sabes que estando en esa situación, desde otra perspectiva, mirando objetivamente, siendo cualquier otra persona menos tu yo de ese momento, sí hubieras actuado con la sensatez, racionalidad, madurez y seguridad en tí que te caracteriza. Sin embargo, y a nuestras cosas. Y no digo que se acierte con la respuesta pero sí está en nuestra mano responder.


        El azar es como una persona más. Si la llenas de responsabilidades se puede asfixiar y, a falta de oxígeno, equivocarse. Pero al Azar no le puedes reprochar nada. A palabra más válida la teneos nosotros, pero si en nuestro turno, abandonamos la partida, le toca jugar al Azar. Aquí es cuando de verdad empiezan los problemas. Como Azar que se llama, no piensa las cosas, las responsabilidades no le gustan y menos las que le obligan a cargar. Asique hace o que le vienen en gana con nuestras vidas y si no tienes otra opción. Acarreas con las consecuencias y para delante. Desechaste tu turno en la partida y se lo cediste al Azar, momento que se adueña de tu vida y te impone sus normas.

Año 2009. 5 de octubre

No sé qué hacer ni el futuro que tiene el camino que llevo. Yo manejo mi vida, pero me da la impresión de que cada paso que doy es más erróneo que el anterior. Por eso no sé lo que me pasa, porque estoy haciendo lo que quiero pero creo que todo lo que hago está mal. Pero es una contradicción. Se supone que lo que se quiere, está bien, es lo indicado. Por lo tanto, se hace lo que se quiere.

Pero, ¿qué ocurre cuando lo que haces está mal? Entonces, ¿lo que se quiere es lo incorrecto? ¿Se sabe alguna vez cuándo se está haciendo bien? Y si en esos momentos, ¿odias lo que haces?, ¿odias quién eres?, ¿odias tu vida? Por muy  correcto que sea, tú lo odias. ¿Alguien está seguro de lo que hace? ¿O son todas actuaciones en base a meras suposiciones?

A menudo, muchos se equivocan al pensar que lo que hacen está bien y además es lo que quieren. Pero cuando pasa el tiempo y se dan cuenta del error tan profundo que le ha trasbordando al presente, error que no cometieron los que hicieron los que querían, ¿qué pensaran? En primer lugar, te sientes avergonzado por ser tan estúpido de haberte equivocado. Aun que sepamos el dicho que las personas no somos perfectas y nos equivocamos, no te perdonas esos fallos porque además sabes que sin estar en esas situaciones, mirando objetivamente desde otro punto, siendo cualquier otra persona menos tú mismo si hubieras actuado con la sensatez, racionalidad, madurez y seguridad en ti que te caracterizan. Sin embargo, y a nuestro pesar, solo nosotros podemos solucionar nuestras cosas. Y no digo que se acierte con la respuesta pero sí está en nuestra mano responder.


El azar es la persona que mueve nuestros hilos. Si la saturas de responsabilidades se puede asfixiar y, a falta de oxígeno, equivocarse. Pero al Azar no le podemos reprochar nada. La palabra válida la tenemos nosotros, pero si en nuestro turno abandonamos la partida, le toca jugar al Azar. Aquí es cuando de verdad empiezan los problemas. Como “azar” que se llama, no piensa las cosas, las responsabilidades las ignora y no le gustan las que le obligan a decidir. Así que hace lo que le viene en gana con nuestras vidas porque le importan un bledo, y si no lo quieres aceptar te tienes que aguantar. Cediste el turno en la partida, momento en que se adueña de tu vida y te impone sus normas de juego.

Año 2009. 18 de julio

Me sale demasiado caro hablar contigo, estando a 100 Km de mí no paras de hacerme recordar que estás conmigo, dándome besos en la frente. Sé que este sentimiento, este ansia de volar, grita, no es la misma razón por la que una niña llora porque ya no tiene su juguete, ahora que sé lo que ocurre no coincide nada…


Quiero amarte y que me ames, cerrando así nuestra historia interminable y ponerle título y su fin, una historia con un indudable e inestable destino que ha estado en el presente ya pasado y siempre estará en este momento y en el presente futuro, atándome a algo tan escurridizo como el agua.

Año 2009. 22 de Enero

        I
Observando algunas caras,
leyendo pensamientos,
resistiendo las palabras,
poniéndome más lejos.
No ver esa cara,
esos ojos tan perplejos,
clavas la mirada,
enredando cada enredo.
Está rota mi alma,
un hueco para el recelo
que rasgando las armas,
te estoy descubriendo;
midiendo las palabras
sin causar ningún efecto,
daños en la nada,
daños leves y muy lentos.


                        II
Si todo te enfada
y tú vas resistiendo,
si haces que es agua
y lo dejas corriendo
¿estarías comprendiendo
esta vida rara?
No morirías creyendo
en historias de hadas;
ya no se vive de cuentos,
realidad lejana,
de la realidad muy lejos.
No sirven de nada,
malditos estos espejos.
Estoy derrumbada
ante temores, mis miedos.
Y si al mirar, a lo lejos,
tú estás resentido,
tú solo serás el error,
nunca tus amigos.
Y por fin me atrevo,
dejo atrás lo ya venido
y me enfrento a esto
sin haberlo yo querido
y veo mi reflejo,
 en lo que me he convertido,
fácil es ser viejo
sin saber lo que has vivido.

Año 2008. 28 de noviembre

I
(El Pentágono 2006)

Me siento como en un agujero del que no soy capaz de salir, en el que me hundo cada vez más profundamente, como en tierras movedizas. En cuanto más intento salir a la luz más me hundo. Sólo vosotros podríais ser capaces de sacarme de esta ansiedad, de esta locura llamada realidad repartida, ya no soy cuerda, ya solo miento y me miento, ya no vivo solo sobrevivo estoy sola en esto y solo quiero necesitar vuestra compañía. Sentí demasiado y ahora no lo olvido.

II
(De tu Lunita)

Me he acostumbrado a ti. Ha sido lo que llegara a creer que te quería, y este sentimiento lo confundió todo. Perdí lo que más quería, lo que más me importaba, lo que sabía que, sin eso, ya nunca seria yo misma. Ya ves. Ahora compruebo todas estas intuiciones. Eran la pura verdad. Ahora solo me quedas tú, y jamás serás suficiente. Nada llenará ese hueco que ellos dejaron… Pero la única razón que hace que te quiera a mi lado es la costumbre, por rutina, por todo menos por amor… simplemente te lo debo.