Y
comienza
la
vida, mana;
no
espera
avanza.
Impaciente
la
atrapa.
Inocente
se
escapa.
En
el juego
se
acaba,
pero
el tiempo
no
para.
Los
amores,
las
ganas,
ilusiones…
son
vanas.
Es
la vida
que
salva,
divertida
y
larga.
Bastaba
un
instante,
bajaba
todo
auge.
Llamada.
Se
enciende;
se
apaga.
Y
no entiende
palabras,
se
convierten
en
nada.
De
repente,
se
aclara
y
en su mente
l
la
mata.
Y
en su mente
soñaba.
De
repente,
lloraba.
Los
amigos
no
encajan,
no
hay olvidos
que
valgan.
Previsible,
se
calla.
Fue
imposible
pararla.
Amanece
cansada
y
entristece
el
alba.
Todo
cayó,
pesaba.
Y
ella siguió
vedada.
Él
la quería,
allí
estaba,
mas
no servía
de
nada.
La
locura
la
arrastra;
la
cordura
la
salva.
Y
ya comienza
la
vida, mana.
Nada
termina
como empezaba.
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