miércoles, 19 de noviembre de 2014

Año 2011. 18 de agsto

        A veces dudo y me perjuro no volver a hacerlo. Puro egoísmo que nace de tu alma, que me ataca en tus palabras, llevaderas convulsiones de tus pensamientos, atentando contra nuestras esperanzas. Renuevo la razón, renuevo la inspiración de volver a remendar lo ya hecho sin futuro ni aliento fulminante que termine esta locura, que nos enloquece en la poca cordura que pueda quedarnos.

        Sin remedio, escupes tus palabras de aislamiento que parecen revelar la falsedad de todo esto, donde nada fue verdad, donde nada de esto es cierto y miento si digo que lo entiendo.

        Difícil es comprender que pretendes proteger con tanto prejuicio sin juicio que te envuelve en tu burbuja de plástico sin oxígeno, que poco a poco ira ahogando la poca lucidez de las palabras que aun te quedan por decir-me.

        Apuestas por la calma que un día mi alma obtuvo y que perdió, por las oscuras golondrinas que volverán a mi balcón, por tu paz interior que necesitarás en tus noches más largas. Apuestas que mis lágrimas son de felicidad o quizás de una triste y solitaria soledad, ¿quién sabe? Quien sabrá donde se guarda la mentira y la verdad si es un bolsillo o en un cajón del armario perdido del desván.



        Distraído, andas ausente entre mala gente te pierdes y a veces pareces no volver, simplemente. Querer salir de allí corriendo sin nada que perder sin nada que decir ni hacer, parece un imposible para ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario