viernes, 7 de noviembre de 2014

Año 2008. Mayo. Clase de ética, ética de clase

Simplemente me pidieron rimas que alentaran la buena conducta de los hombres.


Que los celos sean eso que no hay que demostrar,
y sólo sea el amor lo que consigas enseñar.
Qué el perdón sea tan grande como grande es el mar.
Qué las vidas sean películas y el cine realidad.
Qué el engaño no sea eso que nos hace volar.
Qué sólo sea la música para el baile y el cantar.
Qué no haya que escribir para contar esta verdad
y estos versos sean rimas para despertar a los demás.
Qué los cielos sean azules y el agua esté en el mar.
Qué el sol siga saliendo tras una oscuridad.
Qué los niños se diviertan y que sea sin matar.
Qué la locura mueva masas sin dejarse llevar.
Los secretos estén zanjados y los reos en libertad.
Qué las rosas de la cárcel terminen de germinar.
Qué la guerra no sea guerra y no haya más que paz.
Qué ni izquierda ni derecha sino de central.
Qué la fuerza entre personas se esfume al hablar.
Qué la muerte no dé miedo y se viva de verdad.
Qué el viento lleve aromas de libre intensidad.
Qué el pobre no de pena y te ablande el corazón.

Qué muera todo el odio y hulla la traición.

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