viernes, 7 de noviembre de 2014

Año 2008. 14 de noviembre

Ya no escribo. Ya sólo ensucio el papel con palabras inadecuadas que insisten ser algo, pretendiendo así, escribir lo que ya no recuerdo, intentando que te gusten, aunque nunca las leerás (penoso pensamiento: escribir cartas a quien no las recibirá), igual que mis sentimientos. Sabes que aquí plasmo mis sentidos. Pero, ¿a quién le importa? ¿A ti? ¿Qué significado le das tú? ¿Qué importancia le das? ¿Y yo? ¿Acaso más que a ti? ¿Quizás menos?
Ya no sé a qué me encarcelo, o si son las mismas las palabras, estas que no escribo, las que se encarcelan y se hacen reja ante mí, ante ti. No sé si me aferro a ti, o en cambio, al escribir, tú me encierras, me aterra el salir y no escribir (te).


Estoy tan acomodada en tu sonrisa que sólo quiero asomarme por tus ventanas verdes y, desde tu azotea, tan oscura, ver el fin de día, acunada en tu voz.

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