Las tornas
cambian. No siempre es bueno. Pero, ¿quién dijo que así lo fuera?
Te quise y me odiaste, te espere y
huiste, ahora que te echo de menos me contestas con una de tus bonitas y falsas
sonrisas que no quieres quererme.
Crees que sin ti estaré mejor, crees que
sin mí estarás mejor, pero no sabes que sin lo que teníamos siempre estarás a
falta de eso mismo.
Pero aquí estamos…
esperando que alguna lance un “lo siento” que quizás ya no sirva de nada, como
otras vez se intentó y fallamos de nuevo. Aquí estamos, y al menos yo quisiera
saber por qué estamos aquí esperando explicaciones. Solo quiero saber qué nos
hizo llegar a este punto en el que ninguna nos podemos hablar sin decir una
palabra más gorda que la anterior, teniendo un recurso de innumerables palabras
adecuadas.
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